La ciudad de Espinazo, Nuevo León ha cambiado a lo largo de los años al…
Curanderos En La Salud
Desde la oscuridad de un cuartito Alberto Salinas, Jr. cierra los ojos, sostiene una cruz con su mano derecha y masculla: “Padre nuestro que estás en el cielo..”. Las llamas de las veladoras tiemblan y bañan de luz al cuartito en este atardecer. De repente Salinas queda en trance, sus ojos blancos, y en un momento de serenidad dice con una voz infantil: “El señor Dios está con ustedes; luz y entendimiento, amor y paz. Soy Fidencio”.
¡ahora sí!
En un abrir y cerrar de ojos Salinas, de 55 años y oriundo del Valle de Texas, se convierte en “materia” de un curandero mexicano nacido en el Valle de Texas en 1898. Se dice que José Fidencio Síntora Constantino, conocido como ‘El Niño Fidencio’ curó a miles de personas desde el remoto pueblito Espinazo al norte de Nuevo León, entre estas el ex presidente mexicano Plutarco Elías Calles.
Desde 1978 Salinas dice que ha prestado su cuerpo al Niño durante tranzas para curar enfermedades físicas, expulsar los malos espíritus y oír las penas de sus pacientes, de esta manera convirtiendose en materia del Niño. Después de curar a cada paciente Salinas dice sentirse agotado, sobre todo después de tantos años practicando el curanderismo. No obstante, confiesa que vale la pena. “Esto me llena”, dice el esposo y padre de dos hijos.
Para muchos el curanderismo es una locura total —hasta algo satánico. Otros ven en el curandero (materia), como su único recurso “médico” para aliviar sus problemas de salud. En las comunidades latinas del país, los curanderos son una alternativa al sistema médico, ya sea por necesidades físicas o mentales.
Antonio Zavaleta, profesor de antropología de la Universidad de Texas en Brownsville sostiene que la medicina folklórica es más popular de lo que la gente piensa. El catedrático e investigador afirma que es un tabú entre la población latina acudir a un psiquiatra. Quien acude a uno parece ser débil. En cambio, hacerse una “barrida” es más aceptable.
“Los latinos tienen las mismas necesidades de salud mental que los demás, pero por cuestiones económicas o por temor al “qué dirán”, buscan a alguien que les dé consejos o les haga una “limpia” “, explica Zavaleta, quien estudia el curanderismo desde hace cuatro décadas.
No se sabe con exactitud cuántos latinos buscan la ayuda de curanderos, espiritistas o naturalistas, pero un estudio del Cirujano General (de1998 a 2002) David Satcher señala que, en 2001, entre cuatro y un 44 por ciento de los latinos usaron los servicios de un curandero. Satcher, autoridad en el gobierno federal en materia de salud, afirma en otro estudio que las condiciones médicas que afectan a los hispanos aumentan el riesgo de su salud mental.
Agrega que el hecho que los latinos, inmigrantes o no, sean más pobres que otros grupos étnicos los pone en alto riesgo. Con la pobreza vienen los bajos niveles de educación, la cárcel, el abuso de drogas y alcohol, y todos estos factores contribuyen al problema de salud mental.
CURANDERÍA EN AUSTIN
No existen cifras definitivas que indiquen cuántos latinos acuden a los curanderos, espiritistas o naturalistas. Lo que sí afirma Zavaleta es que “hay un lugar grande para la medicina folklórica en Austin”.
“La población latina está marginada del sistema médico, particularmente en cuestiones de salud mental”, afirma el investigador de UT-Brownsville. En otras palabras, mientras latinos no tengan acceso al sistema médico, continuarán a buscar servicios de curanderos.
La gente que acude a curanderos principalmente sufre de “problemas emocionales y de comportamiento”, explicó Zavaleta. “En efecto, son psicólogos folklóricos”.
Lee Cantú es un curandero que practica en Austin, en Cantú’s Imports, localizado al sur de la calle 1st Street. Clientes visitan a Cantú por la misma razón que visitarían a un terapeuta. “El 90 por ciento vienen aquí por sus relaciones personales”, confiesa. Desde 1984 practica lo que él llama medicina alternativa: ofrece limpias, receta tés y actúa como materia para resolver problemas económicos y amorosos de sus pacientes.
Gregorio Martínez, otro practicante de la medicina alternativa localizado al este de la calle 7th Street, prefiere recomendar a sus clientes ir con un médico cuando deduce que las preocupaciones mentales están afectando la salud física del paciente. Su trabajo, aclara, es sanar el alma y el espíritu.
Curanderos y curanderas en Austin y en el Valle de Texas expresan que sus clientes vienen de toda clase social y geográfica: estudiantes y abogados, desde México y Cuba hasta Suramérica. Una de ellas es la mexicana María Tamayo, de 70 años y que actualmente practica en Brownsville. Tamayo, al igual que Salinas, presta su materia al Niño Fidencio desde hace 36 años.
LATINOS SIN SEGURO MÉDICO
La falta de un estatus legal es una causa por la que muchos hispanos temen solicitar asistencia en el sistema de salud mental, y los que residen legalmente en el país no suelen contar con un seguro médico. Según el demógrafo del estado, el 31 por ciento de los hispanos del condado de Travis no cuentan con pólizas de seguro médico. Aun con seguro médico, servicios de salud mental puede costar cientos de dólares al año mientras que muchos curanderos cobran con donaciones, o lo que el pacienta quiera pagar.
Aparte de la falta de dinero, de un estaus legal o de psicólogos que hablen español, la estigma puede alejar latinos de servicios médicos adecuados. Temor al rechazo de familiares es otra razón por la cual latinos no buscan ayuda para sus condiciones mentales. Con todo esto, la posibilidad que latinos busquen ayuda para su salud mental es aún más dudable.
En 2006, el 28 por ciento de los texanos que solicitaron ayuda por problemas de salud mental se identificaron como latinos, indica el Departamento de Salud de Texas. Otro reporte, realizado este año por el Instituto Nacional de Salud Mental, indica que los inmigrantes gozan de tasas más bajas de enfermedades mentales que los norteamericanos: un 24 por ciento de inmigrantes hispanos comparado con el 46 por ciento del resto de la población del país.
Pero latinos tienden de padecer de tasas más altas de trastorno de estrés postraumático, causados por eventos traumáticos que pueden resultar en la depresión, violencia y comportamiento antisocial. Según el reporte del Cirujano General, veteranos latinos de la guerra en Vietnam tienden padecer más de este estrés por su experiencia en la guerra que los anglosajones, e inmigrantes centroamericanos también batallan con este estrés por la historia de guerras en sus patrias.
Otro dato alarmante es la falta de terapeutas que hablan el español. Según la Asociación de Psicólogos de Norteamérica, apenas el un por ciento de sus miembros se identifican como latino.
El alto costo de los servicios médicos y la carencia de programas de asistencia social para gente de bajos recursos o en español motiva a la población de latinos a buscar refugios alternativos con curanderos como Salinas y Cantú. El misterio de las prácticas de medicina folklóricas como el curanderismo que dan resultados a muchos motiva a el profesor Zavaleta continuar sus estudios.
Los curanderos, explica , son psicólogos folklóricos.
[email protected]; 912-2987
Entre la salud mental y el curanderismo
Sara Inés Calderón ¡ahora sí!
EVALUANDO LA SALUD MENTAL
Recuerdo que cuando era niña mi hermano se enfermó durante una visita a nuestros abuelos abuelos en Eagle Pass, al otro lado de Piedras Negras, Coahuila. Mis tías, una de ellas enfermera, colocaron un vaso con agua mezclada con un huevo crudo a lado de la cama de mi hermano. También quebraron palillos por la mitad y los colocaron dentro del vaso.
No entendí muy bien el significado de lo que hacían, pero se me hizo razonable. Como muchos latinos, simplemente confié en las tradiciones del curanderismo.
Los latinos en este país no carecen de acceso a servicios médicos, y más cuando se trata de salud mental. Una investigación titulada ‘Health Care Utilization Barriers among Mexican Americans: Evidence from HHANES’ cita que uno de cada tres mexicanos se toparon con barreras al buscar ayuda.
Si los curanderos pueden llenar este vacío de especialista de salud mental , escuchando problemas, ofreciendo consejos razonables, y luego practicando una ‘limpia’, qué mal ofrecen si al fin de cuentas te sientes mejor.
Los Curanderos ocupan un lugar importante en nuestra cultura, pero no siempre pueden reemplazar los servicios de especialistas en la salud mental.
El antropólogo Antonio N. Zavaleta me dijo que los curanderos muchas veces recomiendan a sus clientes que busquen ayuda de doctores, pero los doctores raramente mandan a sus pacientes a un curandero. Yo creo que los dos pueden trabajar juntos.
Como hay sólo 29 profesionales de salud mental hispanohablantes por cada 100,000 hispanos en el país —según un reporte del médico cirujano David Satcher— dudo que podrán proveer incondicionalmente servicios a sus clientes hispanos. Además los curanderos no están entrenados para comprender todo tipo de condición mental.
El buscar un curandero o un profesionista es una decisión que cada quien tiene que tomar por sí mismo. Aunque exista un tabú contra el uso de psicólogos en nuestra cultura, los mismos psicólogos me han dicho que es más fácil seguir con tu estilo de vida que cambiarlo.
Han pasado los años y aunque ya soy adulta, todavía no te podría decir el por qué mis tías arreglaron ese vaso con un huevo y palillos, o cual era su meta. Lo que sí sé es que poco después de eso mi hermano se compuso.
-Sara Ines Calderon
[email protected]; 912-2987